lunes, 18 de junio de 2012

Pete Seeger


Hoy he leído en El País una entrevista a Pete Seeger, persona de la que conocía vagamente la trayectoria y que en la actualidad tiene 93 años. En un momento, se evoca el hecho de que su vida haya podido estar a veces en peligro a causa de su activismo. La entrevistadora sugiere que quizá lo haya salvado la música y él contesta con el siguiente párrafo, en el que evoca un suceso reciente que ha tenido cierto seguimiento por parte de los medios de comunicación:
“Es muy posible. La música es poderosa. Mira lo que ocurrió hace poco en Oslo. Es una de las cosas más emocionantes que se han hecho con mis canciones”. El pasado abril Anders Behring Breivik, autor confeso de la masacre de la isla de Utoya (donde murieron 69 personas), declaró ante un juez que la versión local de la canción de Seeger My rainbow race “es un instrumento marxista para lavarle el cerebro a los niños”. La respuesta de los noruegos fue contundente: 40.000 personas acudieron a las puertas de la prisión de Oslo donde está encerrado Breivik y cantaron al unísono aquel tema que ahora Seeger vuelve a tararear para recordarle a la periodista una letra que habla de la necesidad de aprender a compartir."
Y es que, oyendo a la gente, parece que hay unos que envejecen muy rápido, mientras que otros se mantienen jóvenes para siempre.

viernes, 15 de junio de 2012

Libros que alguien aprecia lo suficiente como para haber pensado en memorizarlos en el caso de que corriesen el riesgo de desaparecer de la memoria de la humanidad


(Un pequeño homenaje a Ray Bradbury, armado en Facebook with a little help of all my friends, and someone else)

La vie devant soi, de Emile Ajar (Romain Gary)

La casa de los espíritus, de Isabel Allende
La mujer habitada, de Gioconda Belli
La Tregua, de Mario Benedetti
El hacedor, de Jorge Luis Borges
El hombre ilustrado, de Ray Bradbury
Fahrenheit 451, de Ray Bradbury
El juego de Ender, de Orson Scott Card
L'Impure, de Guy Des Cars
Poesías completas, de Constantino Cavafis
La familia Pascual Duarte, de Camilo José Cela
Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes
El sueño eterno, de Raymond Chandler
El pan desnudo, de Mohamed Chukri
Manual del Guerrero de la Luz, de Paulo Coelho
El camino, de Miguel Delibes
El hereje, de Miguel Delibes
¿En qué piensan los hombres aparte del sexo? (son 100 páginas totalmente en blanco)
El nombre de la rosa, de Umberto Eco
Momo, de Michael Ende
Cosmos y Gea, de Francesc Fígols
El món de Sofía, de Jostein Gaarder
Patas Arriba, de Eduardo Galeano
Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez
El amor en los tiempos del cólera, de Gabriel García Márquez
Andar, una filosofía, de Frédéric Gros
El viejo y el mar, de Ernest Hemingway
Demian, de Hermann Hesse
El lobo estepario, de Hermann Hesse
Siddharta, de Hermann Hesse
Plataforma, de Michel Houellebecq
Flores para Algernon, de Daniel Keyes
Los 7 pilares de la sabiduría, de Thomas Edward Lawrence
Colmillo blanco, de Jack London
Los vagabundos y otros cuentos, de Jack London
El Evangelio, de San Lucas
Samarcanda, de Amin Maalouf
Doktor Faustus, de Thomas Mann
Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé
Dos cuentos maravillosos, de Carmen Martín Gaite
Tirant lo Blanc, de Joanot Martorell
El Manifiesto Comunista, de Karl Marx y Friedrich Engels
La carretera, de Cormac McCarthy
Los Nazarenos, de José Milla
A fine balance, de Rohinton Mistry
1984, de Georges Orwell
La metamorfosis, de Publio Ovidio Nasón
Misericordia, de Benito Pérez Galdós
El carrer estret, de Josep Pla
El regalo de Asjer Lev, de Chaim Potok
Mi nombre es Asjer Lev, de Chaim Potok
Cualquiera de Sir Terry Pratchett
Elegías de Duino, de Rainer Maria Rilke
Hijos de la medianoche, de Salman Rushdie
El túnel, de Ernesto Sábato
El Principito, de Antoine de Saint-Exupéry
La vieja sirena, de José Luis Sampedro
Ensayo sobre la ceguera, de José Saramago
Hamlet, de William Shakespeare
La puerta, de Magda Szabó
Walden, de Henry David Thoreau
El Señor de los Anillos, de John Ronald Reuel Tolkien
La muerte de Iván Illich, de León Tolstoi
La guerra del fin del mundo, de Mario Vargas Llosa
La tía Julia y el escribidor, de Mario Vargas Llosa
Matadero cinco, de Kurt Vonnegut
Motociclismo (con hielo y 7 up)
Play Boy
El gigante egoísta, de Oscar Wilde
Un cuarto propio, de Virginia Woolf
El loco, de Yibrán Jalil Yibrán

Las cárceles del alma, de Lajos Zilahy

sábado, 2 de junio de 2012

Yael y Sísara


LIBER IUDICUM (4, 17-22)

Sisara autem fugiens pervenit ad tentorium Iahel uxoris Haber Cinaei; erat enim pax inter Iabin regem Asor et domum Haber Cinaei. Egressa igitur Iahel in occursum Sisarae dixit ad eum: “Intra ad me, domine mi; intra, ne timeas”. Qui ingressus tabernaculum eius et opertus ab ea panno, dixit ad eam:
“Da mihi, obsecro, paululum aquae, quia sitio”. Quae aperuit utrem lactis et dedit ei bibere et operuit illum.
Dixitque Sisara ad eam: “Sta ante ostium tabernaculi et, cum venerit aliquis interrogans te et dicens: “Numquid hic est aliquis?”, respondebis: “Nullus est”.
Tulit porro Iahel uxor Haber clavum tabernaculi assumens pariter malleum; et ingressa abscondite et cum silentio, posuit supra tempus capitis eius clavum, percussumque malleo defixit in cerebrum usque ad terram; qui soporem morti socians defecit et mortuus est.
Et ecce Barac sequens Sisaram veniebat; egressaque Iahel in occursum eius dixit ei: “ Veni, et ostendam tibi virum, quem quaeris ”. Qui cum intrasset ad eam, vidit Sisaram iacentem mortuum et clavum infixum in tempore eius.

Artemisia Gentileschi: Yael y Sísara (1620) Museo de Bellas Artes de Budapest

LIBER IUDICUM (5, 24-27)

Benedicta prae mulieribus Iahel uxor Haber Cinaei,
prae mulieribus tabernaculi benedicatur!
Aquam petenti lac dedit
et in phiala principum obtulit butyrum.
Sinistram manum misit ad clavum
et dextram ad fabrorum malleum:
percussitque Sisaram quaerens in capite vulneri locum
et tempus valide perforans.
Inter pedes eius ruit, cecidit, iacebat;
inter pedes eius ruit, cecidit;
ubi ruit, ibi iacebat exanimis.